23 OCTUBRE DE 1920, SÁBADO

Querido Diario:

Hoy Padre venía contento porque los funcionarios municipales pueden finalmente llevar a la práctica el proyecto de cooperativa de consumos. El proyecto fue aprobado por unanimidad entre todos sus socios. Esto significa que pueden surtirse de productos a precio de coste sin intervención de intermediarios, usureros, y demás sanguijuelas.

Lo que es menester es que funcione y sirva de modelo a seguir por otras sociedades de empleados y se les vaya acabando el chollo a tanto bribón…

Por otro lado, a raíz de este tema, ha contado La Sole que el otro día por lo visto se equivocaron con un vecino trabajador de la calle Santa Paula creyendo que era un mendigo y lo pelaron por la fuerza.

¡De película, vamos!

Resulta que el hombre iba para su trabajo, cuando de pronto un guardia (nº30) y dos empleados de la Estufa de Desinfección lo agarraron por la fuerza y se lo llevaron contra su voluntad a la perrera, arrancándole el pelo a trasquilones causándole un dolor insoportable en el cuero cabelludo, como es natural, a la par que le insultaban e injuriaban durante el maltrato.

-¡Hay que ser bestias! Además que el hombre era un honrado y pulcro trabajador, decía ir limpio y aseado- espetó Sole

A lo que Padre exclamó indignado:

–¡Ni yendo empiojao vivo! Estas cosas no se pueden permitir por parte de los empleaos públicos ¡Ni a él ni a nadie! ¡Que si tienen mal despertar que se peguen calamonazos contra la pared! Pero esto no se puede tolerar, hombre ¡De ninguna de las maneras!

–Di tú que sí, Padre, que los servidores públicos tienen que ser los primeros en dar ejemplo de compostura y civismo.- Terminé yo apostillando y a lo que añadió Madre por lo bajini desde la otra punta de la habitación:

–Te vas a hacer vieja de tanto rabiar...

–Es que si me callo reviento, Madre, perdóneme ustéh…