MaRGaRiTa MaRíN
Querido Diario:
Pues el Gobernador Civil de San Sebastián ha declarado el Estado de Guerra en la provincia.
El 23 de mayo por lo visto comenzó una huelga en Rentería; el día 25, las organizaciones obreras decretaron la huelga general para protestar por la actitud del Gobernador Civil que había detenido al Comité de Huelga renteriano; y el 26, San Sebastián amaneció paralizada por los huelguistas produciéndose algunos incidentes.
Ante la situación el Gobernador decidió clausurar el Centro Obrero pero los incidentes se siguieron produciendo en las calles y el alcalde, Pedro Zaragüeta, decidió intervenir, primero, recibiendo a una delegación de los huelguistas a los que prometió hacer gestiones ante el Gobernador Civil para que retirase a la Guardia Civil de las calles a cambio del compromiso de una huelga pacífica.
Después el alcalde, acompañado de varios concejales se dirigió a pie hasta el Gobierno Civil y por el camino se les fue uniendo gente engrosando una numerosa manifestación que fue interceptada por las fuerzas del orden. Mientras el alcalde y los concejales eran recibidos por el Gobernador Civil, en la calle la Guardia Civil cargó contra los manifestantes, resultando dos muertos y tres heridos de bala.
Y al día siguiente, de madrugada trasladaron los cadáveres del hospital al cementerio y tras ser puesto en libertad el comité de huelga, se dio por concluido el conflicto y la normalidad se restableció.
Por la calles patrullaban las tropas y aunque hubo comerciantes que temerosos prefirieron no abrir, el abastecimiento se hizo como de costumbre y los bancos funcionaban perfectamente. Dicen que en lo único que se notaba el paro era en los carruajes y la autoridad militar tuvo que garantizar la seguridad del tranvía a Hernani para que este siguiera prestando su servicio sin incidencias.
Ya por la tarde el alcalde le pidió al Gobernador que abriera la Casa del Pueblo para celebrar una reunión y tratar la forma de terminar el paro. Pero la huelga general continua en Rentería, Irún, Hernani, Pasajes y Tolosa aunque al parecer el abastecimiento a las ciudades no se ha paralizado y los comercios han continuado abiertos.
Todo esto me recuerda mucho a nuestro fatídico Febrero del año pasado en Granada, la diferencia es que aquí el pueblo se levantó y movilizó ante la injusta tragedia, los entierros fueron multitudinarios y se exigió al Gobierno un cambio político que se llevó por delante al alcalde y al gobernador civil, pero allí lo han reprimido por la fuerza máxima antes si quiera de poder llorar a sus muertos.
No llegarán muy lejos sus protestas y seguirán soportando más de lo mismo… Una pena.
Poco arreglo tiene esto.
