DIARIO DE UNA ALBAYZINERA 1920

Ciber-novela por entregas en formato de Diario

3 ABRIL DE 1920, SÁBADO

Narrado por la autora
MaRGaRiTa MaRíN


Querido Diario:

Viene Madame Antognini al Hotel Victoria a mostrar sus últimos modelos para la temporada. Va estar varios días, no sé si Madre tiene pensado ir a echarle un vistazo a las tendencias que propone para este año, pero me da a mí que tiene poco interés:

-¿Ir pa’ver foeles?, como que no… ganas de perder el día, si al final son las clientas las que vienen con la idea que tienen y una no pué’más que limitarse a hacerle lo que te piden con la sabiduría de la profesión. Con las revistas y los inventos de las señoras hay ya de sobra.

Hablando de vestidos, ayer por lo visto, le quemaron el vestido a Carmen, la de los Aguilera. Iba la muchacha paseando por San Jerónimo y un individuo que no conocía de nada le arrojó un petardo que le prendió la falda… ¡A pique de haber causao una desgracia mayor! Ya te digo yo donde tiene la gracia el tío este… ¡pa’correrlo a golpes con la mano abierta hasta el Pie de la Torre, vamos!

¡Menudo susto se llevaría la chiquilla!

¡Y es que no hay más que chalaos!

En la cuesta de la Alhacaba un vecino ha denunciado a otro porque dice que lo está insultando constantemente, igual que otra muchacha que ha denunciado a la policía que es maltratada y se siente amenazada por un tal Antonio Izquierdo.

En la cuesta Pernaleros, “El Hijo de la Rubina” le disparó a un vecino que se encontraba en su casa tranquilamente, no alcanzándolo, por suerte.

Y en Cuenca un tío secuestró a un chavea de ochos años. Lo amordazó, lo ató a un árbol y con un cuchillo le hirió la mano para beberse la sangre que le brotaba como un remedio para no sé qué enfermedad que decía padecer… Menos mal que fue sorprendido en el acto y aunque huyó pudieron detenerlo y ya duerme en el calabozo.

¡Hay que ser salvaje, mare mía! ¡Qué malamente están las cabecicas, Señor!

Poco nos pasa pa’como anda el percal…

Siguiente Entrada

Anterior Entrada

© 2024 DIARIO DE UNA ALBAYZINERA 1920

Tema de Anders Norén