MaRGaRiTa MaRíN
Querido Diario:
Hoy ya se clausuraba la feria de ganado pero la novedad del día era el cumpleaños de Manolín que se ha venido a casa a convidarnos a toda la chavalería con un puñaillo de altramuces que nos hemos merendao en el ojo’patio mientras nos contaba lo contento que está con su nuevo trabajo en la botica y la de cosas nuevas que está aprendiendo con D. José.
Madre al vernos allí a todos nos ha sacado un pestiñico a cada uno para reforzar el festejo mientras charlábamos sentados en la escalera y le contaba mi primo lo de los pollos voladores y las rabietas correspondientes que le echa Tita Encarnita.
–Mira que eres tonto– de dice Manolín- ¡Si todo el mundo sabe que las gallinas no vuelan!
–Por eso mismo- le contesta Paquito- ¡Si consigo que vuele me hago de oro!
– Anda que… ¡Ya te vale! Dáselo a Conchita, que seguro sabe cuidarlo mejor…– Y su guiño para hacerme sonreír porque se me notaba a la legua que me estaban comiendo los demonios al escuchar al bruto de mi primo.
– Que me lo dé, que como consiga que se haga grande y me ponga huevos… ¡éste no va a probar ni uno!
–¡Otra con los castigos! pero ¿qué os a dao a toas las mujeres de la casa conmigo? No hacéis más que rabiarme. Si mi intención es buena… Y cuando sea rico y os quite de trabajar a tós ¿qué?
¡Mare mía, qué tío! Si tó lo dice por hacerme rabiar, aunque yo no digo ná pero hay una que revolotea y se sale de la caja cuando quiere, veremos a ver si no ha aprendido a volar ya por pura supervivencia pero cualquiera lo menta siquiera vaya que éste se anime a seguir con la instrucción…
