DIARIO DE UNA ALBAYZINERA 1920

Ciber-novela por entregas en formato de Diario

8 JULIO DE 1920, JUEVES

Narrado por la autora
MaRGaRiTa MaRíN


Querido Diario:

Por fin, después de tanto tiempo deseada, ya se está colocando la verja delante de la Capilla Real.

Pues ya que están, podrían aprovechar el tirón, a ver si de una vez se arregla ese trozo de calle que sale a la Gran Vía que, hoy por hoy, no es otra cosa más que un vaciadero de inmundicias.

Ya podría el Cabildo de la Catedral apretarle al Ayuntamiento o a quien sea preciso, que es de vergüenza como está ese ese roháh. Y más cuando se trata de un sitio tan cercano a un templo tan visitado por propios y extraños.

¡Que no está ná’de bonico lucir tanto abandono! ¡Que parece que ni los granaínos le damos valor a lo que tenemos!

Ya no sólo por estética sino por salud pública también.

¡Qué ese roháh es un auténtico estercolero inmundo!

Comenta el Sr. Carnero, en el periódico de hoy, que o se cuida más al trabajador agrícola o la van a liar otra vez, que esta gente ya ha demostrado que no se anda con chiquitas y menos ahora que andan organizados en sociedades con fuertes ideales comunistas, pasando muchas fatigas y deseosos de luchar contra los holgazanes terratenientes que, para mayor gloria, no cumplen lo acordado con los campesinos.

La verdad es que en cuanto al comer anda manga por hombro… Incluso en el Ayuntamiento ya están hablando de incautar también las carnes: carnes, trigos, aceites y todo aquello que sea artículo de primera necesidad, a ver si pueden bajar los precios porque tanto apriete al pueblo va a terminar en algo francamente dramático si no se le pone solución ya.

Hoy Padre, por ejemplo, como él come más tarde porque llega de trabajar a la hora-horáh, Madre le guarda su ración. La mejor de la olla para él, que es el cabeza de familia, claro. Pero no sólo llegó más tarde que lo de costumbre, sino que se trajo a casa a tres chaveillas de la calle y le hizo a Madre que le pusiera de comer a los chiquillos su plato, so pretexto de que él había estado en la taberna y venía ya comío.

Mentira. No digo yo que no se haya bebido un chatico’vino con algún compañero después de trabajar pero no creo que en ningún lado la tapa sea como para alimentarse…

No es la primera vez que lo hace, y seguramente, tampoco la última.

A Madre se la comen los demonios cuando se trae a los chaveas. No por darles de comer, que eso nos parte el alma a todos, sino porque lo que le guarda, y luego él regala, es la mejor ración de la casa: el mejor trocico de carne o de tocinico, los huevos… cosas así de lo que los demás de la casa nos privamos por él.

En fin, también es verdad que los chiquillos no tienen acceso a esos alimentos nunca, y algunos ni comen a diario, y da hasta cosa quejarse sabiendo que lo que está haciendo es un bien caritativo lleno de generosidad, pero a mi madre le da corahe. Ya está.

Pepe Cuesta y Concha Cuadros, Años 50, Padre y Madre de Conchita

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