Querido Diario:
Anoche, conato de incendio en el Café Suizo. Se prendieron unas cortinas pero los mismos mozos del café se hicieron cargo pudiendo lograr que el incendio no llegase a más.
¡Menos mal!
Pero la buena noticia del día es que ya están organizando las colonias escolares. El alegre y saludable veraneo de los niños pobres que cada año promueve la Diputación con la ayuda del Ayuntamiento y la generosidad de particulares pudientes que contribuyen económicamente para que esta obra en favor de la infancia tenga la mayor amplitud posible.
Una labor humanitaria de cultura y de justicia social, en la que los niños asilados y desamparados pueden disfrutar de unos días de esparcimiento y alegría que, como dice Papa-Antonio:
-No sólo constituye un paso decisivo por el camino de los más nobles ideales de la sociedad moderna, sino que además contribuyen con sus actividades a robustecer sus cuerpos y a sanear sus almas con los aires puros del campo.
Aún no han dicho la duración que tendrán este año las colonias escolares ni el número de niños que podrán disfrutar de esta benéfica obra, porque dependerá del dinero que puedan recaudar pero ojalá puedan acoger a todos los niños que lo necesitan.
Dice el abuelo que las colonias escolares tienen un sentido trascendental en la vida de un pueblo y que las doctrinas modernas de la educación les conceden una importancia decisiva a la protección del niño, no sólo por una cuestión de justicia sino que los arrancan de la miseria para formar su cuerpo y su espíritu, preparándolos mejor para la lucha de la vida.
Sin esta protección que convierte a los niños débiles y enfermos en hombres aptos y fuertes, disminuirían los valores buenos de la sociedad, no sólo ya por la injusticia que sería dejarlos entregados a las privaciones de un hogar sin pan y sin higiene, sino, además, por lo que esto significa a largo plazo para el desarrollo de la sociedad.
Como la institución no cuenta con fondos suficientes para extender las colonias y sus beneficios a todos los niños pobres, se organiza una selección entre los necesitados, y es una verdadera pena que no puedan veranear todos con arreglo al presupuesto disponible.
Esperemos que la participación de benefactores este año sea máxima.
Por otra parte, que todo hay que decirlo, ya va siendo hora también de tener un edificio adecuado para la instalación de las colonias, porque todos los veranos hay que hacer una verdadera peregrinación en busca de local para albergue de los pequeños colonos, y no siempre los locales que se encuentran, ni la generosidad particular de quienes ceden sus terrenos, reúnen todas las condiciones indispensables.
Ya podrían construir unos pabellones en el sitio que se creyera más conveniente para el veraneo de los niños y tenerlo ya resuelto de un año para otro.