6 de Enero de 1920, Martes

Querido Diario:

¡Han venido los Reyes! Y me han dejado un costurero de madera enorme, lleno de hilos de colores para bordar, con agujas, alfileres y un dedal a mi medida. Y con un cajoncillo para cintas y pasamanería.

¡Es precioso!

Cuando le he dicho a Papa-Antonio que el costurero parecía hecho por un maestro ebanista, me ha asentido con la cabeza descubierto y me ha contestado graciosamente:

– Imposible, los ebanistas estaban de huelga.

-¡Ya no, Papa, ya no!- le contesté divertida.

Hoy fue el día de Adora, así que por la tarde lo celebramos en casa con un roscón que trajo padre. Le di el pañuelo que le bordé envuelto en papel de seda con un cordón. El pañuelo le gustó pero al cordón parece que le ha encontrado más utilidad para atar sus cacharricos…