“Diario de una Albayzinera” es un trabajo que pretende conjugar la esencia de los habitantes del Albayzín estableciendo un paralelismo entre el Albayzín de hace 100 años, el heredado por sus tradiciones, el recogido por la memoria de sus gentes, el transmitido por las mujeres de la familia de la autora de generación en generación desde la bisabuela de su abuela; y el del Albayzín actual en el que a ella le ha tocado vivir y por el que lucha constantemente desde la Asociación de Vecinos.

Para ello, construye un diario-novelado, en el que toma, día por día, la hemeroteca del Diario de “El Defensor de Granada” y entresaca noticias relacionadas con el barrio, la política local y nacional, e imagina como, un siglo atrás, podría haber vivido aquellos días su propia abuela, una preadolescente, intelectualmente inquieta, aprendiz de modista, a la que le encantaba leer y tuvo que dejar la escuela para ayudar en el taller de su madre.

Una recopilación de efemérides granadinas de 1920, ambientadas en el Albayzín de la época, pero reinterpretadas en 2020 a través del extenso legado de historias, dichos y valores familiares que estas mujeres albaicineras se encargaron de que llegaran hasta hoy mediante la tradición oral familiar.

Está escrito en formato de “Diario” para ser una “Twitter-Novela” y cuya protagonista es una niña-mujer que “Abre Hilo” cada día. Es decir, describe su día a día en 1920 un siglo después, día a día también.

Conchita escribe sus pensamientos en retales de papel de seda del taller por lo que la extensión de sus párrafos (igual que en Twitter) está limitada y nunca excede de 280 caracteres.

Elaborado con documentación gráfica que ilustra la historia con fotos familiares, diseños y dibujos reales de los bordados que hizo su abuela. Con el lenguaje sencillo y espontáneo de una niña que aprende leyendo el periódico y con expresiones transcritas fonéticamente con la pronunciación local, dotando así a la lectura de una estética, sencillez de lenguaje, fluidez y rapidez más acordes con los tiempos que corren pero, sobre todo, ofreciendo la visión de un alter ego albaicinero que se cree desaparecido porque asumimos que “los tiempos cambian” pero cuya esencia, en realidad, aún perdura en la memoria de la mayoría de sus gentes, porque sus aprendizajes, sensaciones, sentimientos y mensajes están llenos de humanidad, vida y actualidad. Lo que le permite al lector empatizar fácilmente con la protagonista y compatibilizar su infantil visión del mundo, hace un siglo, con la actual, poniendo en valor la importancia, hoy, de mantener y defender la habitabilidad del barrio, la convivencia y la colaboración vecinal para no perder todo ese contenido sociocultural y humano que forman parte de su Patrimonio Inmaterial.

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